Ante el fracaso de la clase capitalista y sus lacayos políticos, ¡hace falta un partido de trabajadores revolucionarios!

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Textos del semanario Lutte Ouvrière - 13 de octubre de 2025
13 de octubre de 2025

La obstinación de Macron, los regateos, los cálculos ambiciosos, las traiciones, la dimisión y el renombramiento sorpresa: el espectáculo que ofrecen los políticos de la burguesía es lamentable. Y dada la canasta de cangrejos actual, el gobierno improvisado de Lecornu tiene muy pocas posibilidades de sobrevivir al examen del presupuesto.

Esta enésima crisis política marca el fracaso de la clase política burguesa.

Por supuesto, los trabajadores no tienen nada que lamentar: ¡estos gobernantes nunca han estado de su lado! Los ministros que se han sucedido durante décadas han dejado morir a millones de mujeres y hombres en su rincón, mientras que la sociedad nunca ha sido tan rica. Pretenden gobernar, pero son incapaces de resolver problemas tan simples como conseguir un empleo, una vivienda y un salario digno para todos. Y no es por incompetencia, es porque no les importa nada.

Estos políticos nunca han gobernado más que para la patronal y, en particular, para su facción más rica. Lo hacen con éxito, por cierto, ya que las grandes fortunas nunca han estado mejor. Pero hay que reconocer que hoy en día estos políticos ya ni siquiera saben cómo gestionar su propio sistema y son incapaces de hacer el trabajo que les exige la burguesía.

Los capitalistas y los financieros están preocupados porque no se apruebe el presupuesto a tiempo. Pero lo que nos debe preocupar a nosotros, los trabajadores y trabajadoras, es que este presupuesto solo puede ser un presupuesto de lucha contra el mundo laboral. Porque Lecornu retomará, en líneas generales, el de Bayrou. Es decir, un presupuesto en el que se exigirán entre 30 000 y 40 000 millones de recortes y en el que el presupuesto de las fuerzas armadas aumentará en 7000 millones más. ¿De dónde sacará el Gobierno ese dinero?

El presidente de la patronal Medef y las grandes familias capitalistas han advertido: no pagarán la factura. No tolerarán nada más que una participación simbólica. Así que, como siempre, el Gobierno sacará el dinero del bolsillo de los trabajadores, los desempleados, los jubilados y los enfermos.

Para hacer tragar la amarga poción, Lecornu lanzará algunos huesos a los políticos de izquierda, dando la ilusión de algunas concesiones. Pero recuperará con la mano derecha lo que habrá concedido con la izquierda, porque no está ahí para hacer pagar a Arnault, Bolloré, Mulliez, Saadé, sino para servirles en contra de las clases populares. Por lo tanto, el PS y aquellos que hacen creer que hay algo positivo que esperar del Gobierno de Lecornu, como por ejemplo una suspensión de la reforma de las pensiones, están engañando a los trabajadores.

Pero el engaño también está del lado de los partidos que quieren la disolución o incluso la salida de Macron.

El RN (extrema derecha de Le Pen) por un lado, y LFI (izquierda de Mélenchon) por el otro, juran que pueden gestionar el sistema aplicando una política mejor para los trabajadores. Son mentiras, sobre todo porque el sistema capitalista está en crisis, funciona a base de guerras y los grandes empresarios se muestran más rapaces que nunca.

En un contexto así, no puede haber avances para los trabajadores sin enfrentarse a los grandes empresarios y a los más ricos. Y esa no es la política ni del RN ni de LFI.

Esto es evidente para el RN, ya que Bardella y Le Pen se pasan el tiempo alabando a los grandes empresarios y les han garantizado que les servirán incluso antes de llegar al poder.

En cuanto a LFI, que no podría obtener la mayoría sin volver a aliarse con el PS y el PCF, concentra sus ataques contra Macron evitando cuestionar a la patronal. Su objetivo es, por el contrario, convencer de que su política sería buena para los negocios y, por lo tanto, buena tanto para los trabajadores como para la patronal. ¡Como si fuera posible contentar a todos!

La hoja de ruta del próximo gobierno y de los siguientes, ya sean de izquierda, de derecha o de extrema derecha, ya está escrita. Es la que exige la clase capitalista. Una vez en el poder, todos ellos solo tendrán que ofrecer más desigualdades, más explotación y más guerras. ¡Así que dejemos de esperar al salvador supremo!

Nosotros, los trabajadores, tenemos la solución en nuestras manos. Sabemos cómo producir riqueza y podemos hacer funcionar la sociedad sin los parásitos irresponsables que son los capitalistas y sus lacayos.

Por lo tanto, debemos construir un partido que luche por derrocar el capitalismo y por que los trabajadores tomen las riendas de las empresas y de la sociedad.

Nathalie Arthaud

Editorial de los boletines de empresas del 13 de octubre de 2025